
- Nosotros, cada Domingo después de escuchar la homilía, de pie recitamos nuestra Profesión de Fe y en ella decimos, Creo en Jesucristo que fue muerto y al tercer día Resucitó. A veces lo pasamos tan rápido y tan resabido que nos pasa por alto qué es lo que en realidad decimos. Es decir que profesamos que Jesús, el que colgaron de una cruz, está Vivo. Es El viviente, está en medio de nosotros, porque si esto no fuera verdad como nos dice S. Pablo en su primera carta a los Corintios en el capítulo 15, seríamos los más desgraciados de este mundo.
Resucitar de entre
los muertos lo podríamos entender en el sentido que
podríamos llamar terrestre. Resucitar
sería simplemente volver a la misma vida que tenía antes, reanudar lo que la
muerte interrumpió. En este sentido, El Resucitado no tiene una nueva vida, sino una segunda parte de
la misma vida; si fuese asi, continuaría siendo mortal.
Esta fue la resurrección de Lázaro. Ésta parece ser la única
resurrección a la que el hombre aspira.
Pero esta no es la resurrección, a la que Jesús nos está invitando, esa resurrección es, en realidad, más una suspensión o un
retraso de los efectos de la muerte, que una verdadera resurrección.
Cuando hablamos de la
Resurrección de Cristo hablamos de mucho más. Jesús, al resucitar, no da
un paso atrás, sino un paso adelante. No es que regrese a la vida de antes, es
que entra en la vida total. No cruza hacia atrás el umbral de la muerte, sino
que da un vertiginoso salto hacia delante, penetra en la eternidad; no
reingresa en el tiempo.
Jesús después de la
resurrección, no vuelve a estar vivo,
sino que se convierte el “El Viviente”, en el que ya no puede morir. No es que
regrese por la puerta desde donde salió, es que se encuentra y descubre una
nueva puerta por la que se escapa hacia las praderas eternas.
Su resurrección no aporta, pues, un trozo más a la
vida humana. Descubre una nueva vida.
2.-Imágenes que nos pueden ayudar a la comprensión.
Imaginemos que podemos dialogar con el feto en el seno de la madre a punto de
nacer. lo encontramos todo preocupado porque no sabe lo que le puede suceder.
Él ahora se encuentra bien, está protegido, tiene alimento, no se tiene que
preocupar para respirar...y en estas condiciones le dijéramos: mira ahora tu
vas a pasar a un lugar........serás independiente, pues podrás comer, respirar
por ti mismo.... Su respuesta sería, dejadme en paz aquí estoy bien y este
mundo esta cualidad de vida que me cuentas yo no la conozco. Aquí yo estoy
seguro...
su respuesta es la misma que nosotros hacemos cuando nos hablan de
esta nueva vida que el resucitado ha adquirido, una vida plena, una vida total
que ya no está sometida a la muerte, que ya no puede morir, que ya no está
sometida al factor tiempo y espacio, limites..
3.-La Resurrección: verdad Cristiana y verdad Racional
Para esto, tenemos que saber conjugar el
sentido histórico, (lo que pasó y como lo vivió la primera comunidad), y el
sentido que tiene para nuestra vida concreta.
Muchos cristianos decimos
creer en la resurrección de Jesús, pero esto no tiene en la practica ninguna
consecuencia, todo continua igual en nuestras vidas.
La afirmación de que Jesús
ha resucitado tiene sentido cuando , revoluciona nuestra vida personal y comunitaria, hay cambios
concretos y reales como los hubo en los primeros apóstoles. El cambio que la
resurrección produjo en ellos, no fue una ilusión, fue un hecho real , La nueva vida del Cristo vencedor de la muerte.
4.-Cristo resucitado: El mismo y distinto
Es el mismo, los suyos lo reconocen. Dicen:
es el Señor. Le distinguen por su acento, sus marcas, sus maneras, sus gestos.
Se diría que los evangelios nos ofrecen todo un retrato de identidad.
Pero al mismo tiempo, encontramos en el
resucitado algunas características muy nuevas. Jesús es ahora alguien fuera de
este mundo, pero a la vez esta presente desde una realidad nueva,es una nueva presencia.
Por eso el resucitado es difícil de reconocer.
Los testigos tienen ante él una
impresión extraña, la de encontrarse con alguien a quien conocen, pero que es
al mismo tiempo un intruso, una especie de pasajero clandestino, venido de otra
realidad.
Por eso los primeros cristianos insisten tanto
en la unión entre muerte y resurrección. es el centro
del mensaje. Jesús muere hacia la resurrección. Y resucita desde su muerte. La
resurrección de Jesús no es un volver a
la vida de antes saltando sobre las muerte, es la confirmación, el desenlace de
esta muerte aceptada.
5.-Si Jesús ha resucitado, nosotros también resucitaremos
Hay una imagen que nos
ayuda ha entender la importancia de la resurrección de Jesús para nuestras
vidas, es la del nacimiento. Cuando el niño nace y pasa la cabeza por el cuello
del útero, hay una alegría porque ya esta garantizado el nacimiento. Donde pasa
la cabeza, pasa el cuerpo.
Cristo es nuestra cabeza y
todos nosotros formamos su cuerpo, o sea que si Él cabeza ha resucitado, todos
nosotros también resucitaremos. La Cabeza ya esta del otro lado, con su
resurrección Cristo como dice el Apocalipsis ha abierto una puerta que ya no se
cerrará nunca. Su resurrección es garantía de nuestra resurrección. Por esto
luchamos con esperanza, por esto ya para nosotros que aun estamos sometidos a
la muerte, no tiene la última palabra. Por esto continuamos a pesar de que las
circunstancias nos digan lo contrario, no bajamos los brazos aunque humanamente
haya motivo de hacerlo. El nos trasmite su fuerza que nos anima a continuar.
6.- Resurrección: Meta y Camino
La resurrección de Jesús nos marca la meta hacia donde hemos
de caminar, hacia donde todos queremos llegar. No estamos ni perdidos ni desorientado,
estamos seguros que su Camino es el
camino que queremos seguir, que su Vida
es la vida que queremos vivir y que su Verdad es la que vence toda mentira.
Esta es nuestra meta. estamos hechos para vivir como resucitados.
Pero al mismo tiempo es camino, vamos
llegando paso-a-paso. Nuestra vida es un proceso de cristificación a la que no
llegamos de una vez por todas, pero hacia la cual damos pasos concretos.
creemos en la resurrección
de Jesús y convenceremos a la gente cuando vean en nosotros los frutos
de la Resurrección: Paz, Gozo, Alegría, serenidad.....
Es una asignatura pendiente que tenemos
delante de nuestro mundo, el mostrar por nuestras vidas que Jesús, El Cristo,
esta vivo y porque esta vivo por su resurrección, nada de lo que vivimos, nada
de lo que sufrimos se queda sin recompensa.
La victoria ya esta dada
falta solo merecerla por el mismo camino que la mereció Jesús.
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