"No temas, yo estoy contigo".
¿Qué
nos roba la paz y qué nos ocupa las 24 horas del día? ¿En qué o en quién
tenemos puestas nuestras más profundas aspiraciones? A diario se nos vienen
abajo proyectos, expectativas, fama, seguridades y muchas cosas que nos atan a
esta tierra y a lo que -según el consumismo- necesitamos para ser felices.
Muchas de nuestras horas se nos van en fabricar sueños de papel y otras tantas en quejarnos porque la vida no nos da más oportunidades. ¿Qué buscamos en realidad, por qué luchamos?
Muchas de nuestras horas se nos van en fabricar sueños de papel y otras tantas en quejarnos porque la vida no nos da más oportunidades. ¿Qué buscamos en realidad, por qué luchamos?
El
mensaje de Jesús era un mensaje liberador: "no tengáis miedo, ni un solo
de vuestros cabellos cae sin que el Padre lo disponga; temed más bien al que
puede destruir con el fuego alma y cuerpo". Lo que debiera de preocuparnos
es en qué o en dónde ponemos nuestras metas últimas; al plantearnos el sentido
de nuestra vida es también plantearnos el sentido de nuestra muerte. Jesús nos
levanta la mirada y el corazón hacia todo aquello que le da un sentido eterno a
nuestra existencia.
La
vida que tenemos: nuestro cuerpo, nuestra familia, el lugar donde vivimos y
trabajamos, nuestros talentos, enfermedades, éxitos y fracasos... todo es
nuestro y nosotros de Cristo y Cristo de Dios, todo es don y tarea para ganar
la vida y la felicidad. Pongámonos en camino
escuchando una vez más: "No temas, yo estoy
contigo".(Nubia misionera vd)
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