martes, 28 de enero de 2025

PONTE EN CAMINO, TÚ ERES MI VOZ




(Mc 6,7-13)
La misión nace en el corazón de Dios, él es quien elige los lugares y las personas a las que nos envía; nos pide la vida para repartirla donde hace falta y se encarga de ensancharnos el corazón para que seamos capaces de amar a todos. Es una verdadera dicha creer que nuestra vida es un don de Dios para los demás y que si existimos es porque tenemos una misión en este mundo, seremos felices cuando la realicemos y podamos decir como Jesús: “todo está cumplido”.
Tú y yo somos enviados por el Padre: “tanto amó Dios al mundo que envió a su hijo” (Jn 3,16); por Jesús: “Como el Padre me envío así yo te envío” (Jn 20,21) y por el Espíritu Santo: “El Espíritu del Señor está sobre mí porque él me ha ungido, me ha enviado” (Is 61,1). ¡Qué dignidad tan grande! Nuestro nombre fue pronunciado por la boca del Señor, nuestra vocación fue tejida desde el seno materno (Is 49,7), nuestra misión es fuego en el corazón de nuestro Dios: “He venido a prender fuego a la tierra y cuánto deseo que ya esté ardiendo” (Lc 12,49).Por: Nubia Celis


No hay comentarios:

Publicar un comentario