viernes, 1 de septiembre de 2023

No ardía nuestro corazón?

Aquel mismo día, dos de ellos se dirigían a una aldea llamada Emaus, distante de Jerusalén unos trece kilómetros. Iba hablando de todos estos sucesos; mientras ellos hablaban y discutían, Jesús mismo se les acercó y se puso a caminar con ellos. Pero estaban tan ciegos que no lo reconocían. Y les dijo: « ¿De qué veníais hablando en el camino?». Se detuvieron entristecidos. Uno de ellos, llamado Cleofás, respondió: « ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabes lo que ha sucedido en ella estos días?». Él les dijo: « ¿Qué?». Ellos le contestaron: «Lo de Jesús de Nazaret, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante todo el pueblo, cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel, pero a todo esto ya es el tercer día desde que sucedieron estas cosas. Por cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han dejado asombrados: fueron muy temprano al sepulcro, no encontraron su cuerpo y volvieron hablando de una aparición de ángeles que dicen que vive. Algunos de los Nuestros fueron al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres han dicho, pero a él no lo vieron». Entonces les dijo: « ¡Qué torpes sois y qué tardos para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que Cristo sufriera todo eso para entrar en su gloria Y empezando por Moisés y todos los profetas, les interpretó lo que sobre él hay en todas las Escrituras Llegaron a la aldea donde iban, y él aparentó ir más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque es tarde y ya ha declinado el día». Y entró para quedarse con ellos. Se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces sus ojos se abrieron y lo reconocieron; pero él desapareció de su lado. Y se dijeron uno a otro: « ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». Se levantaron inmediatamente, volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los once y a sus compañeros, que decían: «Verdaderamente el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón». Ellos contaron lo del camino y cómo lo reconocieron al partir el pan. APARICIÓN A LOS APÓSTOLES Estaban hablando de todo esto, cuando Jesús mismo se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con vosotros». Aterrados y llenos de miedo, creían ver un espíritu. Él les dijo: « ¿Por qué os asustáis y dudáis dentro de vosotros? Ved mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tocadme y ved que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo».Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como ellos no creían aún de pura alegría y asombro, les dijo: « ¿Tenéis algo de comer?». Le dieron un trozo de pez asado. Lo tomó y comió delante e ellos. JESÚS MISMO SE LES ACERCÓ Y SE PUSO A CAMINAR CON ELLOS Jesús en cada momento se acerca a nuestra vida y sobre todo en los momentos de crisis. Es así que en nuestro caminar en medio de dificultades, se nos hace ligero el camino descubrimos que en la vida diaria nos acompaña nuestro peregrino, entonces todo yugo se hace suave y ligero. “Ando por mi camino pasajero y a veces creo que voy sin compañía hasta que siento el paso que me guía al compás de mi andar de otro viajero no lo veo pero está si voy ligero , el apresura el paso se diría que quiere ir a mi lado todo el día , invisible y seguro el compañero . Al llegar a terreno solitario el me presta valor para que siga y si descanso, junto a mi reposa. Y cuando hay que subir monte calvario le llama él, siento en su mano amiga que me ayuda, una llaga dolorosa. (Himno diurnál (692) Jesús ha sido para mi un compañero de camino podría decir el amor que nunca falla, la fuente el manantial del que yo me he ido saciando toda una vida. Cuando estos dos discípulos le piden a Jesús “Quédate con nosotros” Jesús se quedó con ellos Jesús se ha quedado en nuestro corazón, pero necesitamos reconocerlo. “Los discípulos conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado “ El mismo Jesús se acercó y siguió con ellos la conversación, Jesús se mete en nuestros diálogos por iniciativa suya, lo que pasa es que estamos enceguecidos y no lo reconocemos. El mismo comienza el dialogo: “De que habláis vosotros? Ellos se pararon con aire entristecido Jesús nos quiere ver alegres, positivos. Esta alegría nos viene cuando lo ESCUCHAMOS. Entonces nuestro corazón comienza arder “ No ardía nuestro corazón cuando nos explicaba las escrituras? Pero es necesario contarle todo lo que nos sucede. Ellos le cuentan a Jesús todo lo que ha sucedido y Jesús ya lo sabe, pero tiene la paciencia de escucharnos. Y es cuando nuestro corazón comienza a tranquilizarse. Porque Jesús da sentido a todo lo que vivimos, el diálogo con Jesús nos anima interiormente. Necesitamos de su presencia viva pero para esto es necesario decirle a Jesús como los discípulos: “Quédate con nosotros” Y Jesús escucha nuestra súplica, así como los escuchó entro a quedarse con ellos el, hoy también entra en nuestro corazón, para quedarse con nosotros. El habita en nuestro interior basta que lo escuchemos interiormente. Pero quizás hace mucho tiempo no lo escuchamos, pidámosle a Jesús esa experiencia personal de poderlo escuchar nuevamente, haz que te reconozca, que mis ojos te puedan ver... En nuestros diálogos notos cuando tienen un fondo de juicio, de crítica, frente a las situaciones vividas, y el pasado mirado desde una visión negativa, nos entristece, pero Jesús nos quiere sacar de ese pasado negativo y nos quiere dar una nueva visión de las cosas. Cuando en nuestras conversaciones este Jesús, entonces es cuando tenemos una visión nueva de las situaciones vividas, y nos hace una relectura de los acontecimientos. “Era necesario ... Era preciso... pasar por estas situaciones, cuando alguien nos da una explicación desde la fe, todo, cuando escuchamos la palabra de Dios entonces recobramos positividad y un sentido para vivir las situaciones desde la fe, es necesario dejar entrar la palabra de Dios en nuestra mente para que nuestro corazón se estremezca ante su presencia. Cuando Jesús entra en nuestro corazón experimentamos que su amor nos hace a la vez peregrinos de camino para otros nos hace sus mensajeros para escuchar a tantos discípulos de Emaux por el mundo. Experiencia en el autobús con Carmen Tomás en Mallorca Una mujer que tenía solo 65 años y parecía de 90 y con su hija tenían una experiencia de haber estado en al cárcel , Cada una nos enseñaron sus heridas. Jesús sigue saliendo al encuentro de nuestro caminar diario y nos muestra sus heridas y nos revela sus sufrimientos es este Jesús vivo que necesitamos reconocerlo verlo en cada hermano y este es Jesús que a través de nuestra vida que se compadece cuando nos ve peregrinar como ovejas sin pastor desorientados sin sentido por la vida y nos pide la vida para que Jesús pueda entrar en el corazón de las personas que el nos confía .

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