Cada uno hagamos lo que tenemos que hacer según la voluntad de Dios,sabiendo que todo lo bueno que hacemos es para beneficio y edificación del cuerpo de Cristo.
Todos vosotros sois hermanos
"Los múltiples miembros del cuerpo no forman más que un solo cuerpo y mutuamente se sostienen cumpliendo cada uno su tarea. El ojo ve para todo el cuerpo; la mano trabaja para los demás miembros; el pie, al andar, los lleva a todos con él; un miembro sufre cuando otro miembro sufre. Es así tal como los hermanos se deben comportar los unos con los otros (cf Rm 12, 4-5). El que ora
no juzgará al que trabaja pensando que no ora. El que sirve, no juzgará a los demás. Por el contrario, cada uno, haga lo que haga, lo hace para la gloria de Dios
Así una gran concordia y una serena armonía formarán «el vínculo de la paz» (Ef 4, 3), que les unirá entre sí y les hará vivir con transparencia y simplicidad bajo la mirada amorosa de Dios. Evidentemente que lo esencial es perseverar en la oración. Por otra parte sólo se requiere una cosa: cada uno debe poseer en su corazón este tesoro que es la presencia vivificante y espiritual del Señor. Tanto si trabaja, como si ora o lee, cada uno debe poder decir que posee este bien imperecedero que es el Espíritu Santo."
San Macario, mártir (s. III) •
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